Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $9.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Las carolinas
Las carolinas
Las carolinas
Libro electrónico238 páginas4 horas

Las carolinas

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Pequeña cacatúa, vital y ágil, fácilmente reconocible por su cresta, a menudo erguida, la carolina es originaria de Australia. Especialmente sociable, es un animal de compañía alegre y fiel, sobre todo cuando se trata de un ejemplar domesticado.
Ornitólogo apasionado, el autor aporta sus conocimientos y sus preciados consejos para criar adecuadamente a estos pájaros.
Aquí encontrará información sobre la historia, el comportamiento y los hábitos de la carolina; la compra, el mantenimiento diario, la elección de la jaula y demás accesorios; la alimentación, la higiene, la prevención de enfermedades, la reproducción, la cría...
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 jun 2021
ISBN9781646999835
Las carolinas

Relacionado con Las carolinas

Libros electrónicos relacionados

Aves para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Las carolinas

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Las carolinas - Pierre Fusy-Lacroix

    Introducción

    La carolina, junto al periquito, al canario y al diamante mandarín, forma parte del grupo de aves más corriente en la cría y comercio de animales. Adaptable y poco exigente, constituye una especie muy adecuada tanto para el aficionado como para el criador experimentado. Sus colores variados y su aspecto fiero y a la vez elegante hacen de ella un ejemplar verdaderamente atractivo. Sin embargo, sus numerosas cualidades no deben pasar por alto sus necesidades esenciales. Muy a menudo vemos a animales mal cuidados, sin brillo y, por lo tanto, infelices. El ambicioso objetivo de este libro es proporcionar las claves necesarias para encarar serenamente la adquisición de estas maravillosas aves, con fórmulas sencillas al alcance de todo el mundo. Si los animales viven bien y se cuidan siguiendo unas normas básicas, su bienestar estará asegurado. Entonces, será un placer observar cómo llegan a desarrollarse e, incluso, cómo los pequeños salen del nido. No olvidemos que los medios naturales están cada vez más degradados por la actividad humana. Desgraciadamente, cada año desaparecen muchas especies, y muchas otras se encuentran amenazadas a medio o corto plazo. Algunas deben su supervivencia esencialmente a la cría doméstica. Seguramente, esta constituye otra razón para abordar el cuidado de los pájaros en jaulas, con modestia, pero también desde el sentido de la responsabilidad que nos compromete a todos con el devenir del planeta y de las especies que hoy lo habitan.

    La carolina: un pájaro que ha ido cambiando desde que empezó a aparecer en criaderos (aquí, mutación moteada con el rostro blanco)

    ¿Qué es una carolina?

    Historia

    Antes de empezar, debemos resolver una cuestión semántica: el nombre común que utilizamos para referirnos a esta ave. En castellano, el nombre de carolina está muy extendido, así como el de ninfa. No obstante, sorprende que ninguno de los dos nombres aparezcan en el Diccionario de la Real Academia con las acepciones que nos interesan. En Francia se conoce como perruche calopsitte o calopsitte élégante, que literalmente quiere decir algo así como «cotorra elegante». Su nombre en inglés es cockatiel (abreviando, tiel), y de esta forma también se refiere a las carolinas algún autor español, aunque no es muy común.

    Como ya hemos visto, se trata de una cacatúa; así pues, pertenece al orden de las Psitaciformes, llamadas también «de pico ganchudo». Este orden se distingue de otras aves por unos rasgos morfológicos claramente diferenciados:

    — cabeza relativamente larga y maciza, con un pico articulado, sólido y encorvado, mandíbulas potentes y una lengua larga y gruesa;

    — patas cortas, formadas por dedos en oposición (zigodáctilos), que indican aptitudes de trepador;

    — hábitat esencialmente forestal, de tipo tropical.

    Este orden puede estar formado por una o dos familias, según los autores. Antiguamente era comúnmente aceptado que se trataba de una sola familia, la Psittacidae, que agrupaba el conjunto de diferentes especies repartidas dentro de tres subfamilias: Cacatuinae (cacatúas), Psittacinae (loros y cotorras) y Loriinae (loris). Hoy por hoy, sobre la base de recientes descubrimientos fósiles, y después de muchos estudios de ADN, se acepta cada vez más otra clasificación: que las cacatúas forman una familia aparte, las Cacatuidae, con rasgos exteriores característicos:

    — un pico macizo;

    — la presencia de vesícula biliar;

    — la ausencia de colores verdes o azules en el plumaje;

    — una cresta muy desarrollada;

    — una repartición geográfica limitada a Oceanía.

    Esta nueva familia se subdivide en tres subfamilias: la Calyptorhynchinae (cacatúas negras), la Cacatuinae (cacatúas blancas y grises) y la Nymphicinae. Es en la última donde encontramos a nuestra carolina. Su clasificación «aparte» se debe a que cuenta con unas características concretas: el tamaño menudo y esbelto, la cola bien desarrollada, la mayor profusión de colores en comparación con sus parientes y un dimorfismo sexual muy marcado. A pesar de todo, de lo que no hay ninguna duda es que pertenece a la «tribu» de las cacatúas. Los estudios de ADN realizados hacia finales de los años noventa, en particular por Brown y Toft, avalan claramente esta propuesta. A modo de anécdota, resulta divertido constatar que el nombre inglés «cockatiel», mezcla del holandés y del portugués y usado desde el siglo XVIII, significa «pequeña cacatúa»: ¡han tenido que pasar cerca de 200 años para confirmar lo que ya se observaba en aquella época!

    De este modo, hemos situado a nuestro animal en la sistemática clasificación por especies. Faltaría dilucidar su nombre científico. Al principio, la carolina fue bautizada como Psittacus novaehollandiae (Gmelin), después como Psittacus hollandicus por Kerr, en 1792, dentro del género Psittacus, que significa «loro». Sin embargo, la evolución de la taxonomía a lo largo del tiempo ha permitido que se tenga en cuenta la originalidad física de este pájaro, para el que fue creado en su momento un género específico; en 1832, Wagler pensó en el género Nymphicus. El nombre de la especie, Nymphicus hollandicus, se refiere, sencillamente, a su procedencia: la región de Australia que hoy conocemos como Nueva Gales del Sur y que anteriormente se denominaba «Nueva Holanda».

    Por lo tanto, tenemos definido el «carné de identidad» de nuestro pájaro:

    Clase: Aves

    Orden: Psitaciforme

    Familia: Cacatuidae

    Género: Nymphicus

    Especie: Nymphicus hollandicus

    Los australianos le han dado varios nombres. Así, en el oeste del país se le suele llamar weiro, mientras que en el este, la palabra más utilizada es quarrion.

    Mutación cinnamon perlada

    Origen geográfico y medio natural

    La carolina es originaria de Oceanía. Habita en casi todo el continente, a excepción de las zonas costeras, a las que se traslada únicamente en épocas de sequía. Sin embargo, según Forshaw, su presencia no se encuentra de forma regular sobre toda esta área de distribución, y no parece ser un ave realmente sedentaria. De hecho, se suele guiar por sus fuentes de alimento, y se desplaza al lugar donde se encuentren en el momento en que las necesita. En la parte norte de Australia sus movimientos son visiblemente erráticos, mientras que en el sur se desplaza más en función de las estaciones, hecho que puede compararse con una migración. También se ha observado con claridad que las lluvias tienen una influencia favorable sobre su presencia en cualquier lugar, particularmente en el norte.

    Área de repartición (según Del Hoyo y col.)

    Por otro lado, se trata de un ave muy popular, y en cautividad está muy extendida por toda Australia. Los ejemplares que han logrado escapar han colonizado en mayor o menor medida regiones donde en otro tiempo no existían, particularmente algunas zonas de Tasmania.

    En cautividad, se comenzó a criar a mediados del siglo XVIII, principalmente en Francia, donde se reproducía con facilidad, hecho que contribuyó al éxito que ha tenido por todo el mundo. Igual que en Australia, algunos ejemplares a veces se reencuentran en zonas cercanas, y ahí se establecen. Su facilidad de adaptación al medio y a la temperatura, evidentemente, es importante. Debido a esto, se pueden observar, de vez en cuando, grupos de carolinas establecidos en Estados Unidos o en Europa, aunque no se pueda hablar de colonización en sentido estricto.

    Prefiere las zonas más bien despejadas: sabanas, praderas, zonas cultivadas, áridas llanuras o bosques poco densos. Suele encontrarse cerca del agua, a orillas de ríos o estanques; a menudo posada en un árbol muerto o en un matorral, especialmente durante las horas más cálidas del día, cuando desciende al suelo para recoger gramíneas, su plato preferido. Principalmente habita en pareja, o en pequeños grupos familiares. Sin embargo, puede llegar a formar colonias importantes, sobre todo cuando se producen migraciones. Estamos ante un ave muy poco arisca que, en general, deja que te acerques fácilmente. Cuando se siente importunada, simplemente se limita a volar hasta los árboles más cercanos, para luego volver tranquilamente a su tarea cuando el peligro se ha alejado.

    CAMUFLAJE…

    Su color generalmente es el gris mezclado con un poco de marrón, lo que hace difícil distinguir su silueta sobre el tronco de un árbol muerto o en el suelo, en medio de una zona sombría. Sin duda, por esta razón, es raro que se encarame a un árbol frondoso y verde: su capacidad de mimetismo sería mucho menos eficaz.

    Descripción

    Describir a una carolina «actual» no es tan sencillo, ya que debido a la cría en cautividad, su coloración ha cambiado, han aparecido muchas variedades de colores y se han cruzado unas con otras.

    En estado salvaje, es un pájaro de unos 30 o 33 centímetros de longitud. Cada ala mide de 16 a 18 centímetros, más o menos igual que la cola. Su silueta es espigada y fina, lo que contribuye a proporcionarle verdadera elegancia. La cabeza está coronada con una cresta larga y estrecha.

    El peso de un ejemplar adulto oscila entre 80 y 100 gramos.

    Descripción del cuerpo de la carolina

    Una cresta alta pero estrecha

    Conformación de un ala (las siguientes descripciones son válidas únicamente para un sujeto «natural»)

    A: Cobijas secundarias (plumas de protección); B: Cobijas primarias (plumas de protección); C: Remeras primarias (plumas de vuelo); D: Remeras secundarias (plumas de vuelo)

    Exposición de las plumas de vuelo

    Los colores de la carolina

    En el macho, el plumaje general es de color gris pizarra bañado de marrón. La rabadilla y las cobijas supracaudales contienen más tonos grises. Las alas suelen ser más oscuras, especialmente las cobijas primarias, tirando incluso hacia el color negro. Una larga mancha blanca se extiende por el centro inferior del ala. Las dos timoneras centrales son de color gris pálido, mientras que las demás suelen ser marrón carbón. La parte inferior del cuerpo resulta más clara, en ocasiones incluso marrón. La frente, antes de llegar a la coronilla, la base de la cresta, los costados de la cabeza, el mentón y el cuello son amarillos. Las cobijas auriculares están recubiertas cada una por un gran punto luminoso anaranjado. El pico es gris, las patas de un gris negruzco y el iris marrón.

    Dimorfismo sexual

    La hembra, en estado salvaje, se reconoce fácilmente. Cuenta con menos brillo que su compañero. La cabeza y la cresta son grisáceas con un ligero lavado amarillo, presente especialmente en la frente y alrededor de los ojos. Las zonas auriculares se encuentran cubiertas por una mancha naranja, igual que en el macho, pero esta resulta menos llamativa. La parte inferior del cuerpo, la rabadilla, las supracaudales, las subcaudales y la parte baja del abdomen son de color gris revestido de rayas finas y abundantes en posición transversal, de un color blanquecino o amarillento. Las timoneras centrales están moteadas de blanco. Las timoneras laterales, más oscuras, aparecen ligeramente ribeteadas de amarillo por el exterior, con manchas también amarillas y rayas de color marrón oscuro. La zona de color blanco resulta muy visible en el ala, como en el macho. El interior del

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1