Camino del Medio

Catañy

PRÓLOGO

Rubén Cedeño

CDMX, 29/04/2019

El libro "Camino del Medio", del Señor Gautama, reúne los discursos del actual Logos Planetario descargados para la dispensación de la Nueva Edad Dorada que ya amaneció. Estos discursos fueron publicados inicialmente en idioma inglés, bajo la responsabilidad de Lady Miriam, Complemento del Maestro El Morya, y Lucy Littlejohn, Complemento del Maestro Serapis Bey, a partir de 1952 y hasta 1990, cuando finalizó esta maravillosa dispensación.

Al leer estos escritos, parece que el Señor Gautama estuviera hablando con cada lector directamente, en un lenguaje suave, poético, dulce, metafórico y lleno de mucha sabiduría.

El día 21 de enero de 1956, cuando el Señor Sanat Kumara regresó a Venus, el Señor Gautama asumió el cargo de Señor del Mundo o Logos Planetario en la Jerarquía Espiritual. Después de siglos de asociar al Señor Gautama con Oriente, especialmente con la India, todos deben saber que Él, como Director de la Jerarquía Espiritual de Shamballa, habita en El Lugar donde la Voluntad de Dios es Conocida, ubicado en el Reino Etérico sobre la ciudad de New York, lugar donde pulsa esta mítica ciudad y adonde se trasladó desde el desierto de Gobi, el 26 de noviembre de 1964.

Estas son las causas ocultas por las cuales, desde entonces, las Enseñanzas del Señor Gautama gozan de una gran difusión no solo en Oriente sino en todo Occidente, desde el continente europeo hasta las tres Américas. Así se observa que, en casi todos los países de estos dos continentes, hay lamaserías y centros de difusión del Buddhadharma. Por todas partes se ven representaciones del Señor Gautama. Como Él mismo lo dice, cada una de sus figuras es una especie de foco receptor de su radiación que difunde por el mundo el Noble Óctuple Sendero, la Iluminación y el inigualable logro del Nirvana, esta vez al alcance de todos.

Todos los estudiosos del Buddhadharma y las Enseñanzas del Señor Gautama se sentirán muy felices de tener al alcance la instrucción actual que este Ser, conocido como El Buddha, nos da a los estudiantes de la Enseñanza Interna para la Era de Acuario.

Que las bendiciones de Shamballa –La Ciudad Eterna– y del Señor Gautama se derramen sobre todo aquel que lea las páginas de Camino del Medio.

PRESENTACIÓN

Por El Morya

Es un privilegio para Mí estar entre los miembros de la Corte del Amado Señor Gautama. Toda la Jerarquía Espiritual se inclina ante su Luz, pues gracias al Amor de su Ser, la Tierra continúa avanzando en su evolución.

La famosa frase El amor hace girar al mundo se aplica con exactitud a nuestro Señor del Mundo, pues su Amor verdaderamente permite que nuestro planeta siga existiendo, lo mantiene a salvo de la disolución y es el Poder Cohesivo que evita que los elementos se dispersen en el espacio. El Amor del Señor Gautama por la Fuente Suprema lo forzó a seguir elevándose hacia los Cielos Más Altos hasta convertirse en esa Luz y Amor que le han permitido al Amado Sanat Kumara regresar a su hogar, la Estrella Venus, para prestar el servicio requerido durante el avance del esquema evolutivo.

Se me ha dado la oportunidad de comunicar estas pocas palabras a modo de presentación. Me inclino humildemente en reverencia ante nuestro Amado Señor del Mundo, Gautama Buddha, quien les ofrecerá, a continuación, sus Enseñanzas.

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MI ÚLTIMA ENCARNACIÓN

¡Oh, Amadas Flores de Loto que descansan en el Pecho del Eterno Dios, me inclino ante la fragancia de sus pétalos abiertos, en agradecimiento por la oportunidad que me han ofrecido de brindarles mi Amor!

¡Cuánto tiempo he amado la vida! Y ahora, según me han dicho Aquellos que gobiernan la evolución de este pequeño planeta, ustedes han expresado, ante la Hueste Celestial, ser amantes de la vida. Cuán feliz Estoy de encontrar a tantos seres que han demostrado amor por la vida.

Hace tanto tiempo que no hablo con personas que todavía llevan vestiduras de carne, que solo puedo transmitirles mi Amor por ustedes a través de los sentimientos. Amar la vida es un hermoso regalo, porque abre las Puertas a la Inmortalidad.

TRADUCCIÓN DE LAS ENSEÑANZAS

Amados, Estoy realmente agradecido por la oportunidad de hablar con aquellas corrientes de vida en la Tierra que están dedicadas a expandir la Luz y que desean ser una parte viva y vibrante de la Era de la Libertad que está bajo la dirección de nuestro Amado Maestro Ascendido Saint Germain. Estoy realmente agradecido por contar con la cooperación amorosa de sus vidas, con la comprensión y la voluntad de aceptar y asimilar el conocimiento que ha estado encerrado por demasiado tiempo en los lamasterios de Oriente. Es tan gratificante para Mí saber que la descarga de mi Enseñanza para la gente de la Tierra ya no se limita a las pocas líneas de instrucción que impartí después de mi Iluminación, cuando regresé después de siete largos años de esfuerzo, buscando sinceramente la Verdad de Dios: el Corazón del Silencio.

Las masas de la humanidad disfrutan del glamour y la emoción de lo inusual. También disfrutan de la sensación de seguridad que experimentan cuando pueden mirar hacia atrás a su Maestro, quien está a salvo más allá del velo de la llamada muerte, y piensan que no pueden, entonces, refutar cualquier traducción que se haya hecho de la instrucción originalmente dada por ese Maestro. Mis Enseñanzas no han sido una excepción a esto, ni lo han sido las del Amado Jesús o las de cualquiera de los Seres Divinos que enseñaron aquí, mientras estaban en un cuerpo no ascendido, a un grupo de personas bondadosas, aunque no siempre muy alertas.

Estas palabras, comparativamente pocas, que han sido inmortalizadas y que conforman el presente texto, declaran la Verdad relativa al CAMINO DEL MEDIO, la práctica de vida que nos permite caminar siempre en el equilibrio perfecto. Estoy realmente agradecido, también, al saber que están muy poco teñidas por los conceptos humanos. Sin embargo, Estoy mucho más agradecido –como lo está cada uno de los miembros de la Jerarquía Espiritual, actualmente bajo mi dirección– de que ustedes no solo den crédito de nuestros días de pasada gloria, sino que nos permitan responder a sus invocaciones, una y otra vez, para continuar con el trabajo y seguir explicándoles las VERDADES ETERNAS que les brindarán iluminación.

Algunas de las verdades que han sido presentadas en el pasado han perdido mucho en esencia y en precisión a causa de las traducciones, debido a la falta de una plena comprensión por parte de hombres y mujeres bondadosos que se esforzaron por registrar y traducir, para la posteridad, las enseñanzas de la Verdad de aquellos de Nosotros que, de vez en cuando, aparecimos en la pantalla de la vida como la Luz particular de una era.

PRIMEROS AÑOS

Recuerdo como si fuera ayer los primeros años de mi encarnación final en la India. Estoy seguro de que la mayoría de ustedes sabe que, durante esos primeros años de mi última encarnación sobre la Tierra, viví en un ambiente y una atmósfera de tranquilidad y belleza, que me brindó con esmero y amor mi padre físico, quien, en esa época, gobernaba como rey en la India.

La afabilidad de mi padre me protegió de las experiencias por las cuales habría podido comprender la degradación y la infelicidad en las cuales la vida se veía obligada a funcionar a través de mis hermanos y hermanas. Fui educado en un palacio. En los jardines que lo rodeaban, la vegetación, los animales y las aves eran las manifestaciones más perfectas del Reino de la Naturaleza; y solo los hombres y mujeres más perfectos de la India podían servirme. Los niños que venían a jugar conmigo eran seleccionados de las mejores familias de la Corte y, antes de acudir a mi presencia, eran entrenados para que no me permitieran conocer las condiciones que había en el mundo, fuera de las puertas del jardín. Al desconocerlas, creía que la perfección que disfrutaba también se manifestaba en todo el mundo, incluso fuera de los muros del palacio. Así viví en un Jardín del Edén falso, artificial, con mi bella esposa y mi pequeño hijo.

Habiendo salido poco antes de mi Hogar en los Reinos Superiores, sabía en mi interior cómo era el Verdadero y Eterno Jardín del Edén, por lo que resultó perfectamente natural para Mí sentir que se exteriorizaba en la belleza del palacio y los patios de la corte. Durante mi juventud, nunca vi una persona o un cuerpo enfermo. Alcancé la mayoría de edad física sin haber visto un ojo derramando una lágrima, desconociendo el sórdido éxodo de la vida terrenal llamado muerte, y, de hecho, era feliz dentro de mi capullo.

DESPERTAR ESPIRITUAL DE GAUTAMA

Sin embargo, un día, la vida abrió la puerta y tuve el privilegio, sí, pronuncio estas palabras de forma deliberada: tuve el privilegio de ver las condiciones que habían sido creadas por el mal uso de la vida. A causa del comentario descuidado de alguien que me estaba sirviendo, de repente supe que fuera de mi mundo, en toda la India, existían condiciones que se manifestaban como inanición, desintegración, decadencia, muerte y caos. Puedo decirles que, en ese momento, mi conciencia se sacudió profundamente ante tal revelación.

¿No creen ustedes que fue una iniciación? Descubrir repentina e instantáneamente –y no a lo largo de mis años de crecimiento–, la muerte en toda su sordidez, la enfermedad y cosas que no describiremos porque el encantador mundo occidental las mantiene escondidas detrás de puertas cerradas; pero mi tierra es la evidencia escrita del karma, y todos los que vienen pueden leerla.

Por supuesto, en mi última encarnación, nací sin karma destructivo y con sentidos externos muy alertas, como fue también el caso del Amado Jesús. Por lo tanto, reflexionando sobre estas condiciones dolorosas que, según acababa de descubrir, existían en el mundo, no podía creer que tal fuera la Voluntad de Dios para su amada creación. En ese momento y lugar, decidí hacer todo lo posible para remediar esas condiciones. Al mismo tiempo, comencé a sentir la presión interna de mi Santo Ser Crístico, su deseo de que cumpliera con mi Plan Divino y mi razón de ser.

PRIMERA RENUNCIA

Entonces hice mi primera renuncia al nombre, al trono y a la seguridad que significaba el poder temporal de mi padre. También dejé a mi amada esposa y a mi pequeño hijo, y me fui solo al corazón del bosque para tratar de encontrar la manera divina de controlar mis propias energías y encontrar la VERDAD DE DIOS. Para hacer esto, tuve que sostener un vehículo físico durante todo un período de siete años, mientras dirigía persistentemente mi conciencia a través del reino psíquico que rodea la Tierra, el cual, en ese momento, ¡estaba mucho menos purificado de lo que está hoy, se les puedo asegurar! Luego continué ascendiendo en conciencia a través de los Reinos de Divina Perfección.

MI ARMAGEDÓN

En esa encarnación como el príncipe Siddhartha, aprendí la lección de perseverar. Durante muchos, muchos años en mi búsqueda de la Verdad, habiendo abandonado la belleza y la perfección de mi padre y de mi amada esposa e hijo, busqué la verdad, el medio a través del cual la humanidad y todos los seres vivos pudieran liberarse de la enfermedad y el sufrimiento. En los planos inferiores escuché muchas voces, algunas buenas y otras malas. También pasé por la misma tentación que cada ser no ascendido atraviesa en un momento u otro, de abandonar esta tarea autoimpuesta y regresar a un trono de poder temporal. Debo decirles que a veces, mientras mis aspiraciones se elevaban hacia Dios, mi mente volvía a mi hogar y a mis seres queridos, y ahí comenzaba mi Armagedón: Para traer Luz al mundo, ¿no podría haberlo hecho mejor como gobernante de la India que como un mendicante sin nombre?. Sin embargo, en especial gracias a la radiación del Amado Arcángel Rafael, fui sostenido en mi búsqueda de la VERDAD, y mi cuerpo físico permaneció en el corazón del bosque, mientras mi conciencia avanzaba y ascendía hacia la Luz.

PERSEVERAR

Allí, en la soledad, esforzándome por realizar lo que mi propio corazón parecía impulsarme a hacer, aprendí lo que era perseverar; perseverar incluso cuando mi conciencia se abría a cada una de las Esferas y disfrutaba de su gloria.

Sin embargo, algo dentro de Mí decía: No, no es lo Último. Gracias a la dirección amorosa de la Bendita Pallas Atenea, Diosa de la Verdad para esta Tierra, y de muchos otros Seres Cósmicos y Ascendidos que me estaban ayudando, continué a través de las Siete Esferas de la conciencia perfeccionada hasta que finalmente alcancé en conciencia el Corazón de Dios mismo, ese glorioso y maravilloso día en que personalmente me encontré frente a la inmortal Gloria de la Divinidad para este Sistema de mundos: el Amado Helios, cuyo Servicio Cósmico es la Iluminación; y la Amada Vesta, su Complemento Divino, la Diosa de la Verdad para todo nuestro Sistema, cuyo servicio Cósmico es sostener el Concepto Inmaculado y transmitir la Verdad de Dios a todo el Sistema. Cuando toqué el borde de sus túnicas y sentí la refulgente Luz de sus Presencias, supe lo que significaba volver a Casa.

Allí vi y supe por Mí mismo la Verdad Eterna de que DIOS ES BONDAD, que su deseo para toda su creación es BUENO y que la Verdad es tal como se la describe en la Biblia, hoy en día: Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado y nadie ha imaginado lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman (1 Corintios, 2:9). Supe entonces que todas estas angustiosas apariencias de desolación e imperfección que se manifestaban sobre la Tierra y sus evoluciones ¡NO ERAN LA VOLUNTAD DE DIOS NI ESTABAN DE ACUERDO CON SU PLAN DIVINO!

En ese momento, todo lo que anhelaba era permanecer en esa gloria, pero tuve que perseverar para atravesar nuevamente las Siete Esferas y regresar al vehículo demacrado que había dejado, con el objeto de reanimarlo. De este modo, pude caminar y hablar con aquellos que se volvieron mis seguidores, comunicarles preceptos y verdades, algunos de las cuales ustedes conocen muy bien, manteniendo mi Paz e irradiando ese don particular de la Iluminación hasta que mi Gurú me llamó.

PERSEVERAR HASTA EL FINAL

Todos los Grandes Seres Ascendidos han sentido alguna vez la