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Entre en... el mundo secreto de los tarots
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Libro electrónico121 páginas2 horas

Entre en... el mundo secreto de los tarots

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En una sociedad cada día más sofisticada, es mucho el tiempo que se emplea en redescubrir las más antiguas herramientas para el conocimiento que el hombre ha ido creando con el fin de intentar comprender el significado de su existencia: la enseñanza del tarot es una fuente inagotable de sabiduría y conocimiento para todos los que quieren descifrar los secretos de la vida y del hombre.
Iniciar en los grandes temas del esoterismo y del hermetismo es el objetivo de las obras de esta colección, así como favorecer la mejora del autoconocimiento personal y el descubrimiento del universo que nos rodea.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2018
ISBN9781683256564
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    Entre en... el mundo secreto de los tarots - Valéry Sanfo

    espejo

    ORIGEN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA

    Remontarse a los orígenes de los Arcanos Mayores es más bien imposible. Estos símbolos nacieron junto con el pensamiento del ser humano, y con este se han desarrollado. Después de largos y profundos estudios, se ha evidenciado la existencia de una unión muy estrecha entre los Arcanos y la cábala. Ambos fueron transmitidos oralmente por diversos iniciados, y su origen se pierde en la noche de los tiempos: parten de la vieja Atlántida y pasan por el periodo asirio, indio, egipcio y hebraico, hasta llegar al occidental. Entre las veintidós cartas que configuran el tarot está encerrado un tratado esotérico de enorme importancia, colmado de secretos, además de conocimientos escondidos. Y todo ello ha sido puesto en clave alegórica, de modo que sólo el iniciado puede tener libre acceso a este género de conocimientos. Como ya se ha comentado, esta sabiduría siempre ha sido divulgada oralmente, por lo que establecer su nacimiento es prácticamente imposible. Lo que sí se puede intentar establecer es el momento de la aparición de los símbolos en las cartas. Diversos descubrimientos arqueológicos nos hablan de la presencia de cartas parecidas ya en la China del año 1120.

    China, año 1120. Se encontraron 32 tablillas en marfil con figuras relativas al cielo, a la tierra, al hombre, a los deberes y al destino del ciudadano.

    Italia, año 1300. Se descubrieron 50 cartas que reproducen diversas imágenes relacionadas con temas distintos, divididas en cinco series de diez cartas cada una. En estas aparecen representados elementos relacionados con la vida, las musas, las ciencias, las virtudes y los planetas.

    Francia, año 1392. El pintor Jacquemin Gringonneur pintó, para divertir al rey Carlos VI, cartas parecidas a los Arcanos, de las cuales se han encontrado 17. Parece ser, sin embargo, que la invención no fue del pintor; este se debió de basar en los símbolos ya existentes en los naibi de Italia.

    Marsella, alrededor del 1400. En aquella época aparece por primera vez el tarot de Marsella, probablemente derivado de los naibi italianos. En esas cartas aparecen los 22 Arcanos Mayores, parecidos a los actuales.

    Francia, año 1751. Burdel perfecciona el simbolismo de los 22 Arcanos Mayores y añade los palos de las figuras de los Arcanos Menores.

    Evolución

    Court de Gebelin (Francia, 1725-1784). Estudió durante 20 años el simbolismo de las cartas del tarot, y llegó a la conclusión de que estas no eran otra cosa que el famoso libro egipcio transmitido por Hermes Trismegisto, autor de El libro de Thot. Trismegisto fue adorado por los egipcios como el inventor de las letras, de los números y del saber. Era conocido con el nombre de Thot-Hermes-Trismegistus.

    Este libro mágico fue elaborado sobre 78 láminas de oro purísimo. Se salvó del incendio de la biblioteca de Alejandría, en Egipto, donde se albergaban 700000 volúmenes manuscritos. Este fuego fue ideado por el califa Omar con el objetivo de destruir el libro.

    En 1799, un oficial del ejército napoleónico descubrió una triple inscripción realizada en letras griegas, jeroglíficos egipcios vulgares y sagrados. Se encontró así la clave interpretativa de El libro de Thot, lo que corroboraba la teoría de Gebelin.

    Según Gebelin, el término tarot deriva de ta + ros, donde ta significa «vía, camino» y ros, «rey, real», por lo que tarot quiere decir exactamente «vía real de la vida».

    Etteilla (Francia, 1780). Seguidor de Gebelin, se dedicó al estudio de la cartomancia, pero sin llegar a ninguna conclusión destacada. Cambió los símbolos y afirmó que las cartas habían sido transmitidas por 17 magos a partir del segundo milenio antes de Cristo.

    Eliphas Levi (París, 1810-1875). Gran ocultista y estudioso del esoterismo, relacionó los 22 Arcanos con la cábala hebraica. Las 22 letras de los Arcanos más diez números de Sephiroth dan las 32 vías. Estudió a fondo el tarot y escribió diversos libros de magia relacionados con estas cartas.

    Papus (Francia, 1865-1917). Su verdadero nombre era Gérard Encausse. Se relacionó con el pensamiento de Levi y con la cábala. Papus pertenecía a grupos secretos de la masonería y de la Orden de la Rosacruz.

    Arthur Edward Waite (Inglaterra, 1857-1942). Ocultista y autor de La clave de los tarots y La sagrada cábala. Waite estableció el Arcano 0, el Loco, entre la primera y la última carta, y le dio el número 0. Eliphas Levi y Papus, sin embargo, la colocaron antes del Mundo, asignándole así el número 21.

    SIMBOLISMO Y ESOTERISMO

    Los números romanos

    Los veintidós Arcanos Mayores están numerados con números romanos, y esto no es casual. La numeración se realiza añadiendo una cifra cada vez, y no restándola. Por ejemplo, el Arcano IIII, El Emperador, no se designa con 5 – 1, es decir, IV, sino con 3 + 1, esto es, IIII; se puede decir lo mismo de otros Arcanos Mayores El Ermitaño (el VIIII), La Templanza (el XIIII) y El Sol (XVIIII).

    Cada Arcano constituye la síntesis de las experiencias de la carta precedente, y por ello las cifras siempre se han de añadir, y nunca se han de restar, pues representa una acumulación de sentidos.

    Por otra parte, los números romanos presentan un parecido asombroso con los diferentes símbolos esotéricos, una semejanza que no se encuentra en las cifras árabes.

    — El uno se escribe con un palito que representa a Jod, el as de bastos, el principio, I.

    — El dos representa las dos columnas del templo Jakin y Boaz, II.

    — El tres representa el triángulo desmontado, III, la trinidad.

    — El cuatro representa el cuadrado desmontado, es decir, el reino de Malkouth, IIII.

    — El cinco simboliza el microcosmos, es decir, un triángulo cuyo vértice está vuelto hacia abajo, V.

    — El seis es la suma de 3 + 3, es decir, III + III, por lo que constituye el hexagrama dividido.

    Lo mismo se puede aplicar a las restantes cartas. Resulta imposible establecer una comparación de este tipo con las cifras árabes, y esto demuestra, una vez más, que nada se debe al azar en las cartas del tarot.

    Las dos vías

    Si se colocan los 22 Arcanos Mayores en dos filas de once cartas, se forman dos vías: la primera activa, conocida como masculina o racional; y la segunda pasiva, femenina o mística.

    La primera vía está basada principalmente en la actividad y en la

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