Cuando Dios Calla

Copyright © 2013 por Delia D. Ortiz.

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Fecha de revisión: 13/05/2013

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ÍNDICE

Agradecimientos

Prólogo

1 Cuando Dios calla

2 Un vislumbre de mi vida

3 ¡Positivo, tienes cáncer!

4 ¡Eres un milagro!

5 El día de la cirugía

6 Ese tratamiento llamado quimioterapia

7 Enfrentando la radiación

8 Después de la radiación: Después de haber estado en el infierno…y haber salido de allí

9 ¡Estás libre de cáncer!

10 La caída del cabello

11 Día de Acción de Gracias

12 El apoyo de familiares y amigos

13 Conclusión: Las aflicciones vs. La gloria venidera

Referencias

AGRADECIMIENTOS

Q UISIERA AGRADECER DESDE lo más profundo de mi corazón a:

Dios, por su bondad.

Mi esposo, Ministro Natanael Ortiz, por su paciencia y dedicación hacia mí.

Mi hermana Wanda, por tomar las fotos y motivarme a escribir.

Mis familiares: mis padres, mis hermanas (incluyendo a Linda), mis primos/as, tíos/as, sobrinos/as… ¡Les amo a todos!

Martín Navarro & Lucy Veray, mis tíos en Orlando, Florida, por su hospitalidad y gran amor.

Mi cuñado Ángel M. Ortiz & su esposa Rebeca Nogueras, por su apoyo y servicio.

La Profesora Gladys Ruiz, por hacer el trabajo de corrección del documento voluntaria y dedicadamente, aún sin conocerme personalmente.

Christian E. Colón Cotto, mi talentoso y creativo primo por su arte presentado en la portada del libro.

Mi amiga Lucy Valentín de Rodríguez por escribir el prólogo para este libro y por motivarme a alcanzar esta meta.

Todos mis amigos y hermanos en la fe, ustedes me mantuvieron las manos arriba cuando yo no tenía fuerzas para levantarlas.

Todos los que financieramente nos ayudaron a enfrentar estos gastos imprevistos y abruptos.

Todo el equipo de médicos, enfermeras y demás personal en MD Anderson Cancer Center en Orlando, Florida que intervinieron conmigo durante este proceso, en especial a Dr. Milas, Dr. Tseng y Dr. Mañón. ¡Laura eres especial! Ustedes fueron instrumentos de Dios para bendecirme y así lo hacen con todos los pacientes. ¡Gracias por su amor y dedicación!

DEDICATORIA

¡Siempre soñé con escribir un libro! Dedico este libro al Dios Todopoderoso, quien engendró en mí este sueño.

No solo me diste el sueño, sino también las experiencias para hacerlo realidad. Nunca me dejaste, aun en tu silencio, me demostrabas que estabas conmigo. "Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor.’’

1Timoteo 1:12ª ¡Toda la gloria es para ti!

PRÓLOGO

C UANDO DIOS CALLA… La Misionera Delia Dorcas Ramos bendice al pueblo de Dios a través de este libro de testimonio, de vivencias y sobre todo de FE. Ahora el pueblo cuenta con una herramienta que podrá dirigirnos hacia el camino de la paz interior en situaciones inexplicables, ante enfermedades o situaciones difíciles. Leí este manuscrito en sus primeras etapas y nuevamente al ser terminado. Lo recomiendo fervientemente a todas las mujeres, pastores, consejeros, familiares y sobre todo a quienes disfrutan la enseñanza de la Palabra de Dios. Este libro te ayudará a entender los diferentes procesos por los que pasa el ser humano ante un diagnóstico inesperado. Todos debemos leer Cuando Dios Calla , a la luz de Santiago 1:2-3: " Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia ."

Conocí a Delia Dorcas Ramos Navarro en mi juventud. Ambas nos despuntábamos como líderes en el concilio La Iglesia De Dios, Inc. Ella era parte del Ministerio Voces de Salem, y yo me desempeñaba como líder del Comité Estatal de la Fraternidad de Jóvenes. Delia siempre estaba presente en las actividades que se realizaban en beneficio de la juventud. Me encantaba compartir con ella y su familia. Hice de sus padres, mis tíos. Teníamos muchas cosas en común, sobre todo un amor inmenso por Dios, por su Palabra y por la evangelización. Delia fue el modelo que Dios puso en mi camino mientras crecía espiritualmente. Siempre sentí gran admiración por esta joven líder que con sencillez de palabra iba alcanzando vidas en su temprano ministerio.

Ambas conocimos a nuestros compañeros en la iglesia, nos casamos y por gracia de Dios fuimos llamados al ministerio del pastorado. En este caminar, (Natanael y Delia, mi esposo Juan y yo) hemos reído y también llorado juntos. Bajo su liderato en la Fraternidad de Damas, grupo que representa y agrupa el departamento femenil de nuestro Concilio, Dios me dio la oportunidad de comenzar el ministerio de ministración a la mujer y a la familia. Puedo decir con certeza que la vida de Natanael y Delia ha sido canal de bendición para muchas personas a nivel de iglesia y de ministerio. ¡Para Juan y para mí, son nuestros hermanos, nuestros amigos, personas que admiramos y amamos de corazón!

¡Es un privilegio para mí escribir el prólogo de su libro: Cuando Dios Calla! Aquí Delia escribe sobre un proceso inexplicable que enfrentó en su vida, pero lo hace dándole gloria al Señor. Cuando para otros el cáncer es invencible, ella pudo ver siempre, junto a los suyos, la mano poderosa de Dios obrando. En los pastores Natanael y Delia he podido recibir un claro ejemplo de lo que es la fe. Porque hablar someramente de la fe, es muy fácil, pero estar en el escenario siendo tú el protagonista, es ahí donde se evidencia la verdadera fe.

Recuerdo cuando nos llegó la noticia del diagnóstico de cáncer para Delia, por segunda vez. Inmediatamente nos unimos en oración. ¡No teníamos palabras! Dios me permitió llegar a Florida durante su proceso. Fue en una de sus hospitalizaciones que pude compartir con ellos breve, pero significativamente. Cuando la vi nos abrazamos largamente… sin palabras. ¡Qué mucho aprendí de mi hermanita Delia! Siempre con una sonrisa, un amén y una alabanza en su boca para el Omnipotente Dios.

A través de Delia y Natanael mi fe fue aumentada. Fui a visitar a Delia nuevamente, antes de regresar a Puerto Rico. Ella había sido dada de alta, estaba en casa de su tío en donde se hospedaban. Yo había cantado varias veces la alabanza Cristo yo te amo, pero cuando la escuché de los labios de Delia, con Natanael tocando la guitarra, esa alabanza tomó un significado distinto. Delia tenía su operación programada a solo unas semanas. Yo pude realmente ver al Dios que nos ama y observar literalmente lo que es testificar de ese amor. Con ellos aprendí lo que es testificar sin palabras que, ¡nada me podrá apartar de ese Dios que me ama, ni la tormenta, ni la enfermedad… NADA!

En este libro se percibe lo que es mantener la fe y la confianza en Dios en medio de la prueba, sintiendo el toque tierno del Espíritu Santo. En ocasiones, presenta sus vivencias en lo personal. De manera sencilla introduce las emociones vividas en la experiencia, viéndonos sus lectores bañados en lágrimas y también de sonrisas. Sufrir el dolor de la enfermedad para Delia no fue un drama sino una oportunidad más de glorificar a Dios y testificar de Él a miles de personas.

Estoy segura que la lectura de este libro nos mostrará de más de cerca al Dios que nos ama, impartiendo fortaleza y valor a pesar de… Recomiendo su lectura reflexionando sobre las vivencias de Delia y Natanael ya sea desde la perspectiva personal o en vías de apoyar a otros. ¡Gracias, Delia y Natanael por darnos el privilegio de disfrutar de su amistad y de ser testigos de vuestra fe y paciencia!

Misionera Lucy Valentín de Rodríguez

Nota de la Autora:

La Misionera Lucy Valentín de Rodríguez se desempeña activamente en diversas facetas dentro del ministerio. Junto a su esposo, el Rev. Juan Rodríguez, ejercen el ministerio pastoral con gran bendición y prosperidad espiritual en la pintoresca ciudad de San Lorenzo, Puerto Rico. Dios la ha bendecido dándole tres hermosas e inteligentes hijas, así como un talentoso hijo. Mi amiga Lucy es amante del estudio y enseñanza de la Palabra de Dios. Actualmente funge como Directora de la Junta de Literatura del Concilio LIDDI. Lucy ha dictado múltiples conferencias sobre los temas relaciones a la mujer y a la familia. Ella ha sido un gran apoyo para mí durante este proceso de aflicción.

1

Cuando Dios calla

"¿Por qué estás lejos, oh Jehová

Y te escondes en el tiempo de la tribulación?"

(Salmos 10:1)

H AY OCASIONES EN que la vida se hace insoportable. Se levanta la tempestad cuando menos lo esperamos. ¿Cómo es posible? Nos preguntamos. Le he servido a Dios toda mi vida… ¿por qué no me ha librado É l de esta angustia y este momento tan difícil? Pensamos