Cuando Sadie Sink (Texas, 2002) tenía 11 años, empezó a sufrir ataques de pánico. En aquel momento protagonizaba una reposición en Broadway de musical que le apasionaba interpretar, y de repente todo cambió. Cantar se convirtió en lo peor de su vida. Le aterrorizaba. Se había convencido de que una sola nota equivocada significaba que el estaba arruinado. Así que lo dejó. Dos años más tarde, regresó a las tablas como una joven reina Isabel II junto a Helen Mirren en el drama El papel no implicaba cantar, sin embargo, en la primera función sintió que esa antigua angustia se abría paso. No quería salir al escenario. Pero entonces se dijo que si no lo hacía, ¿qué más le quedaba? Nada. Como no quería que su sueño se desvaneciese, aquella noche fue la primera vez que superó el pánico. Ahora tiene 22 años y encarna personajes que también se enfrentan, con valentía, vulnerabilidad y honestidad, a la la antisocial Ellie de o la estudiante problemática en (estreno 27 de septiembre). Con sólo una mirada, esta actriz de cabellos rojizos enciende un millón de historias en nuestra mente. Como demuestra en su último papel de embajadora mundial e imagen del nuevo de Giorgio Armani, donde este espíritu libre baila al ritmo del superéxito de Robyn.