Lo que nos dicen los astros
Buenos tiempos para: las personas optimistas, positivas y constructivas, que encontrarán un ambiente mucho más adecuado para dar lo mejor de sí. También para las personas nobles, espirituales y llenas de sinceros y auténticos ideales.
Malos tiempos para: las personas inmovilistas y que se niegan a cambiar o a tratar de ver las cosas de otra manera. Este no será un mal mes y, por ello, nadie resultará muy perjudicado, pero no favorecerá a los que miran al pasado debido a la fuerte influencia de Urano.
En el amor: Debido a la gran cantidad de aspectos armónicos, este será un mes favorable para los asuntos del corazón, especialmente hacia la segunda mitad, gracias a la unión Júpiter-Venus. Muy bueno para dar comienzo a algún romance y con tendencia a que predomine todo aquello que une frente a lo que separa u obstaculiza. Pero Urano también indica que traerá cambios y novedades afectivas.
Armonía astral
Salimos de un mes importante, como fue abril, para entrar en otro que será, desde el punto de vista astrológico, de una similar importancia, solo que, afortunadamente, más positivo o armónico en general. Los planetas formarán muchos aspectos entre sí, solo que en este caso la inmensa mayoría tendrán carácter armónico o constructivo. Destacamos entre ellos un paralelo de declinación entre Júpiter y Urano, que será exacto el mismo día 1, repitiendo la constelación que ya se dio en abril. Luego el mes continuará formando buenos contactos astrales de menor importancia, como un sextil entre Marte y Plutón, el día 3; otro sextil entre el Sol y Saturno, el día 7. La mayor importancia tendrá la conjunción entre Sol y Urano, el día 13; y mucho más benéfica, la mejor del mes, será la conjunción