Uno de los productos más difíciles de sustituir, desde el punto de vista organoléptico y de costumbre, cuando se quiere adoptar una alimentación consciente y saludable son los quesos. Tenemos un lazo emocional con ellos y nos dan la falsa sensación de bienestar. Después de consumirlos experimentamos muchas cosas (dolor de cabeza, de intestino, acidificación, mocos, etc.) y no lo relacionamos con el alimento. Unos segundos de bienestar mental/emocional nos trae un sinfín de malestares físicos. Los quesos veganos no sólo son una buena opción para los veganos, sino para los intolerantes o alérgicos a la lactosa.
En la actualidad, hay muchos estudios que comprueban científicamente que los lácteos de otra especie animal,