GULLIVERY EL PARAÍSO DE LAS MUJERES
as historias de feroces gigantes nos acompañan desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, al que mejor recordamos es al más amable de entre los colosos: Gulliver. Tras el naufragio de su navío, despierta sobresaltado en Liliput, un mundo en miniatura que transforma su estatura ordinaria en la de un hombre-montaña y a él en esclavo de su enormidad, utilizado como un arma en las batallas que ocupan las vidas de los liliputienses. Es un relato fantástico de 1726, obra del escritor irlandés Jonathan Swift. Pero Gulliver no fue el único titán que viajó a Liliput. En 1922, el novelista valenciano Vicente Blasco Ibáñez escribió la segunda parte de esta desmesurada aventura; una obra desconocida para la mayor parte de los lectores, empequeñecida por sus gigantescas obras de corte realista. En su libro imagina un Liliput, 200 años después, donde son ellas las que gobiernan, sobre todo y sobre ellos, en la llamada Ciudad-Paraíso de las Mujeres, que recibe la inesperada, nunca se olvidó de Liliput y sus pequeños habitantes. “Se fijó para siempre en mi memoria y muchas veces me pregunté: ¿qué habrá ocurrido en Liliput tras marcharse el héroe de Swift?”. La respuesta es esta historia fantástica de la que el autor de dijo: “Se despega por completo de mis novelas anteriores”.
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