Tiempo DE AYUDA
una cesta de mimbre repleta de comida. Atada a una cuerda, lleva varios meses subiendo y bajando desde el balcón de mi casa. «Si puedes, deja algo; si no puedes, coge», reza el cartel que la acompaña. Algunos se llevan unas lentejas, unas latas o unos sándwiches. Otros dejan unas galletas, unos bollitos o unos mensajesescritos a lápiz. Es una iniciativa que viene del corazón de Nápoles, ha dado la vuelta al mundo y ha conmovido hasta a la mismísima Madonna, que la ha compartido en sus redes sociales. Una antigua costumbre recuperada en estos días, cuando la solidaridad ha salido a llenar las calles de las ciudades para ayudar a la gente vulnerable. Todo al más puro estilo italiano y como si de una película de Roberto Benigni se tratara. Ese pequeño gesto altruista conmueve, arranca una sonrisa y alimenta el estómago y el alma. En ELLE entendemos que son los actos sencillos los que se hacen y nos hacen grandes, los que nos definen y cambian el mundo. Somos conscientes de que no se puede pensar ni construir si no se tiene lo básico cubierto. En estos días, a la incertidumbre sanitaria se ha sumado una emergencia social que ha dejado a miles de familias sin su única fuente de ingresos, sin recursos y sin saber qué poner en el plato de sus hijos o en el suyo propio por la noche. A miles de personas como tú y como yo, que forman largas colas frente a las asociaciones vecinales, las parroquias y los comedores sociales. En silencio.
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