AUTOHIPNOSIS
Hace unos años comencé un tratamiento para la ansiedad con fármacos prescritos por un psiquiatra. No obtuve resultados y probé con acupuntura. Tras 15 sesiones continuaba igual, así que opté por seguir un tratamiento con hipnosis. Al cabo de una docena de sesiones me habían desaparecido los síntomas en un 90%. Si me siento mal, me pongo una cinta grabada por mi hipnoterapeuta que, además, me ha enseñado a entrar en un trance ligero y autohipnotizarme», nos cuenta Javier Santamaría, funcionario de una administración local que asegura haber superado así sus crisis de ansiedad.
El proceso que siguió Santamaría, consistente en tratarse con un hipnoterapeuta y aprender a autohipnotizarse, suele ser el habitual cuando se recurre a esta vía de tratamiento. En el momento que el paciente ha obtenido una mejoría, se puede autohipnotizar cuando le convenga, porque, como apunta el psicólogo clínico Isidro Pérez Hidalgo, presidente de la Sociedad Hipnológica Científica, «toda hipnosis es en realidad autohipnosis; el terapeuta es un guía en el proceso hipnótico, pero es el paciente quien trabaja sobre
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