¿Qué aspecto tenía… …JESÚS?
NO SABEMOS CÓMO FUE JESÚS FÍSICAMENTE. En el Nuevo Testamento no se dice ni una palabra al respecto. Podemos deducir que debía tener la apariencia normal de un judío de la época, ya que podía pasar desapercibido entre la muchedumbre, algo que no podría haber sucedido si hubiese sido un tipo de tez blanca y ojos azules como algunos atrevidos han propuesto.
Pero las primeras descripciones que aportaron los Padres de la Iglesia de los siglos II y III, probablemente inspirados por lo que dijo Isaías 53, 2 (“no había en él belleza ni esplendor, su aspecto no era atractivo”), lo mostraron de un modo sorprendente. Justino dijo que era deforme; Clemente de Alejandría que era feo debido a que no quería realmente que nos fijásemos en lo material; Tertuliano propuso que carecía de hermosura y atractivo; y Orígenes, como Celso, planteó que era pequeño, feo y desgarbado, aunque matizó que no por eso era despreciable.
Sin embargo, poco a poco fue cambiando esta idea, y a partir del triunfo del cristianismo, y su alianza con Roma, comenzó a mostrársele como el más bello hombre entre los hombres, tal y como dejaron escrito otros Padres de la Iglesia, como Agustín, Jerónimo o Juan Crisóstomo. Era lógico. ¿Cómo iba a tener un alma perfecta un cuerpo imperfecto?
¿UN HALLAZGO SORPRENDENTE?
A comienzos de noviembre de 2018
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