Saltar en el tiempo, viajar al Futuro, ¿conocer lo que va a ocurrir o cambiar el flujo de lo que será?
Hace unos días nos preguntábamos qué ocurriría si viéramos en nuestro futuro que tenemos dos hijos, ¿podríamos evitarlo?, ¿podríamos mantenernos castos y evitar nuestro destino?. Si o No, la respuesta no es tan simple.
Existen varas teorías sobre la constitución de esa cuarta dimensión denominada tiempo. Para algunos es similar a un fluido que aunque ya está definido se puede modelar y cambiar con simples variaciones en su masa. Para otros es como la nada, simplemente el futuro no existe y es el presente el que se expande y rellena un vacío infinito.
Una tercera teoría se cuela con fuerza entre éstas, la existencia de múltiples universos paralelos, donde TODAS las posibilidades ocurren al mismo tiempo, donde TODO es posible porque TODO ocurre.
Esto último, aunque parece lo más absurdo es lo más probable, incluso podemos afirmar que a nivel subatómico -en el MicroUniverso- la ciencia ha demostrado que ocurre, que existen miles, millones de lugares tras el espejo donde la probabilidad se convierte en un hecho. No obstante, poder trasladar estos resultados a nuestro nivel de existencia no es tan sencillo, e incluso puede ser imposible. En este aspecto, experimentos como el del gato de Schrödinger, más que aclarar enturbian más a nuestra pobre consciencia.
Volviendo a nuestro problema, si nos movemos en la segunda teoría, la respuesta será fácil: No es posible viajar al Futuro, es más si lo consiguiéramos, desapareceríamos en un vacío absoluto, seríamos parete de la nada. Mejor quedarnos en nuestro ¿seguro? presente.
Pero, aún nos queda otra posibilidad, la primera teoría, el futuro existe, pero no está totalmente definido. Digamos que podríamos imaginarlo como una masa líquida que, aunque tiene una forma definida, todavía se puede modelar y somos nosotros, desde el presente los que tenemos ese poder. Podemos imaginar una especie de lago en el que una piedra lanzada desde la orilla (presete) genera ondas que trasmitén por toda la superfície modificando el estado del lago (futuro).
De esta forma, podríamos ver desde nuestro embarcadero ese Futuro o incluso adentrarnos en él con un pequeño bote. De forma que si en descubrimos como decíamos al comienzo que somos padres, eso no significará que no podamos cambiar nuestro destino.
El futuro está escrito, pero no impreso.
Proximamente más...