Cuando se domina una profesión, se puede realizar el
capricho que uno imagine. En el caso de la arquitectura resulta muy evidente.
En literatura sucede lo mismo.
Existen escritores que se atreven a prescindir de guiones,
comas, mayúsculas y otras muchas normas gramaticales establecidas. Desafían lo
convencional. Es importante señalar que
lo hacen después de haber dominado dichas reglas. Sin este conocimiento previo,
su escritura no tendría sentido.
Aquí algunos ejemplos:
E.E. Cummings
En sus poemas ignora tanto las mayúsculas como la puntuación,
incluso juega con la disposición visual de las palabras en muchas de las páginas.
Nació en el 1894 en Cambridge y se hizo célebre por este dominio literario.
José Saramago
Su estilo minimiza las comas y puntos, prescinde de los
guiones y comillas en los diálogos, buscando generar un flujo narrativo
continuo, como una única secuencia de pensamientos. En el Ensayo sobre la
ceguera queda clara esta técnica.
James Joyce
En su obra Ulises, en uno de los capítulos casi no
tiene puntos ni comas.
Virginia Woolf
En Las olas elimina la estructura representando con
ello las corrientes internas de los personajes
Julio Cortázar
En Rayuela el lector puede elegir el orden de los capítulos,
el mismo autor propone las instrucciones al principio del libro. Con ello, pretende
que la lectura sea una experiencia más dinámica e interactiva.
Romper las reglas no solo es un acto de rebeldía, también es una nueva forma de expresar las ideas, las emociones, desafiando lo establecido para abrir nuevos horizontes.
©Manuela_ferca
Yo soy muy convencional. Un beso
ResponderEliminarSusana
EliminarA mí no me queda más remedio, estas viguerías solo se les permite a los escritores reputados, lo hago yo y me echan a los leones :)) BEsis
Me gusta, todo, nos olvidamos que el objetivo principal de la literatura es transmitir, y en ello no hay comas, ni puntos, pero... a veces ellos definen una frase queda significado real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Campirela_
EliminarEs importante transmitir, es cierto, y a veces con estas licencias lo logran de manera más intensa o clara; al menos es lo que pretenden. ABrazos.
Tengo pendiente leer a Ulises y la rayuela, generalmente la gente opina que son libros extremadamente dificiles de entender, en especial Ulises.
ResponderEliminarJose
EliminarDe todos los que he mencionado: Las olas, ¡ese sí que es difícil! Pero consigue lo que pretende, es un paralelismo exacto entre obra y título. SAludos
Es una forma de crear algo nuevo, que sólo funciona, como dices, si se tiene control sobre esas normas.
ResponderEliminarInteresante tu entrada. Me alegra leerte por aquí de nuevo
Un abrazo
Alís
EliminarMi vida es así, con sobresaltos; pero ya ves que este blog resiste como resisto yo :))
ABrazos
Pues, a mí no me gusta. Ni en literatura, ni en arquitectura, ni en general. No creo que abra nuevos horizontes; solo los desdibuja. ¿Será que envejezco?
ResponderEliminarParece que este es el "sabor" de nuestros tiempos.
Ricard
Eliminar¿Y en fotografía? Me pregunto, con lo que a ti te gusta experimentar, ¿te gustan las nuevas técnicas?
Siempre y cuando respeten las normas que son el resultado de muchos siglos de "convenios" en las artes gráficas, sí.
Eliminar¿La importancia está en el mensaje o en el envoltorio?
ResponderEliminarUn abrazo.
Alfred
EliminarPersonalmente le doy importancia a ambos, por supuesto el mensaje es lo primero, pero si no está en un buen envoltorio, yo desde luego no lo compro. Pero eso soy yo. ABrazos
Juan Ramón Jiménez también se rebeló con la ortografía. Interesante tu entrada. Abrazos
ResponderEliminarMaite
EliminarYa estoy viendo que más de uno, cuando le pillen en una falta, va a decir que está innovando :)) :)) Sería una buena estrategia. ABrazos.
Pero, claro, para romper las reglas hay que conocerlas a la perfección, hay mucho aprendiz de brujo que se cree sabio y mutila los textos que da pena verlos. No tiene que ver con el tema, pero me has recordado a Picasso, cuando sólo era Pablo que pintaba unos cuadros realistas muy buenos, cuando ya dominó la técnica decidió romperlo todo para empezar de nuevo.
ResponderEliminarBeauséant
EliminarTu ejemplo de Picasso tiene mucho que ver con el tema, se trata de la innovación del arte.
SAludos.
En el taller de escritura creativa al que hace años asistí nos atiborraron de normas: que si no hacer frases demasiado largas ni intercalar frases subordinadas en exceso, que si lo más importante es el inicio de una novela, el primer párrafo ya debe atrapar al lector, que no hay que repetir adverbios terminados en -mente, que eso, lo otro y lo de más allá, para, al final del curso decirnos que una vez el escritor conoce y domina todos estos recursos, puede hacer lo que le de la gana. Lo respeto pero no lo comparto. Es como si después de haber ido a la autoescuela, aprendierndo el código de circulación, ua vez tienes el carnet de coducir, conduces como un loco sin respetar las señales de tráfico. Pero cada uno es muy libre de hacer lo que quiera y los lectores de aceptarlo o no.
ResponderEliminarUn abrazo.
Josep Mª
EliminarAdemás hay otra cosa que añadir: se puede ser transgresor cuando se es famoso. Cuando no se es, te llueven los palos :)) :))
ABrazos
es algo parecido al caso de pablo picasso, que sabía pintar retratos de manera más académica, pero luego creó su propio estilo abstracto.
ResponderEliminarleí 'las olas' de virginia woolf, y sí, recuerdo que consistía en los monólogos internos de los personajes, sin interactuar entre ellos.
abrazos!!
chema
EliminarQuizás la cuestión sea diferenciar entre no saber las normas y errar, no esforzarse en saber las normas y obviarlas y por último saber las normas pero querer innovar.
ABrazos
Cuando escribía poesía, generalmente verso libre o blanco, me permitía (valga la redundancia) las licencias poéticas que me parecieran más estéticas. ¿Qué opinará la RAE de tus ejemplos? Va un abrazo, Manuela.
ResponderEliminarJulio David
EliminarDigo yo que la RAE se preguntará que para qué trabajan tanto si luego, cuando se escribe, unos por error y otros porque les da la gana, hacemos lo que queremos :))
Complementando mi comentario anterior, me gustaría añadir que hay cosas dentro de las normas y convenios que hoy día ya son sobreras. A mi hay una, que quizás por estar en el entorno catalán, usar y conocer ese idioma, me tiene obsesionado y he empezado a romperla: El uso del símbolo de interrogación inicial ( ¿ ) que no sirve para nada. En catalán no se usa.
ResponderEliminarRicard
Eliminar¿No se usa en catalán? Pues no lo sabía.
No se usa y por eso, muchas veces me olvido escribiendo en castellano.
EliminarTe entiendo, yo muchas veces escribo con "s" lo que es con "c" porque es como lo pronuncio :))
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